Karoso Zuetta
nació un 25 de mayo de 1962 en la
cuidad de Oberá, provincia de
Misiones, Argentina. Sus padres, Lucía
Nelly Rosa, oriunda de Colonia Guaraní y José Luis Zuetta, inscripto en la provincia de Corrientes, vivían
entonces en la localidad fronteriza de El Soberbio. Las dificultades anunciadas
del parto de este hijo primogénito aconsejaban una atención médica compleja,
razón por la cual, al aproximarse la fecha calculada para su nacimiento, se
trasladaron hasta Oberá. Fue bautizado en el rito Católico bajo los nombres Antonio
y Virgilio, en honor a sus abuelos: el materno, criollo con ascendencia
portuguesa y el paterno, segunda descendencia de una familia inmigrante
italiana.
Apenas nacido
el niño, regresaron al esenciero pueblo del Alto Uruguay donde José Luis
concesionaba la cantina del Club Social. Unos meses más tarde, ante la
posibilidad de instalar su propio negocio, se trasladaron al Kilómetro Treinta y Cuatro de la ruta trece,
una estricta zona rural. Allí habitaron una modesta casa-almacén de madera, al
lado de un galpón de acopio de productos agrícolas (tabaco, esencia de
citronela, maíz y poroto). Permanecieron nueve años en ese lugar, lapso en el
que nacieron dos de sus hermanas Silvia
Matilde (1964) y Susana Raquel
(1968). Su tercera hermana, Karina
Zulema, nacería en 1976). Sin servicio de luz eléctrica, con caminos
terrados, lejos de los servicios de salud, la vida rural permitía un fluido
contacto con la naturaleza y una curiosa convivencia de familias inmigrantes
alemanes, criollos, brasileros y pueblos originarios. La radio era el único
medio de comunicación masivo al que tenían acceso y durante el día solamente
llegaban señales desde el Brasil, hecho que potenciaba el “portuñol”, lengua fronteriza
que entremezcla un porcentaje mayoritario del portugués con algo de español.
A mitad del año
lectivo de 1971 la familia Zuetta-Rosa se trasladó a Oberá, ciudad de unos veinte mil habitantes, en la que moraba gran
parte de su familia materna. El brusco cambio de la escuelita adventista rural
a una estatal urbana significó un gran cambio para Antonio Virgilio. Todo era
novedad para el niño de apenas nueve años: La proximidad de los vecinos, la
diseño de la ciudad armada por cuadras y manzanas, la canchita de fútbol del
barrio y las fiestas con la numerosa parentela. La inestabilidad laboral de sus
padres provocaba constantes mudanzas y así recorrieron distintos barrios de Oberá,
realidad cambiante que le aportó a Karoso mucha información acerca de la vida
social de ese pueblo. Asistió a dos escuelas primarias estatales (304 y 185) y cuando cursaba el séptimo
grado de la escolaridad primaria, inauguraron en un edificio casi al frente a
la casa familiar, por la Calle la Pampa y Azcuénaga, el Centro Polivalente de Artes, lugar en donde estudiaría música,
sistematizando los empíricos conocimientos que había adquirido con vecinos,
compañeros de escuela y parientes musiqueros. En esa institución dedicada a la
enseñanza artística estableció una importante relación educativa con Juan Carlos Marín, pianista y profesor
de armonía y composición, quien le acercaría a la información necesaria para
desarrollar su creatividad musical. Si bien su instrumento de estudio elegido
fue el piano, trasladaba a la guitarra todos los conocimientos que iba
atesorando.
La práctica
deportiva, sumadas al escautismo, los grupos juveniles de la iglesia y las
excursiones de pesca en los arroyitos cercanos, ocupaban sus horas libres. Pero
a medida que se avanzaba su adolescencia
comenzó a aflorar su talento futbolero. Un
compañero de colegio lo invitó a entrenar en un equipo formal de las divisiones
inferiores del club Ex Alumnos 185 y a los quince años debutó en el equipo de
la primera división del club. Sus logros lo llevaron a jugar una temporada en las
divisiones inferiores de San Lorenzo de Almagro pero eligió continuar sus
estudios secundarios en Oberá y así, después de jugar dos torneos locales más
abandonó las competencias futboleras a los 22 años, siendo ya Profesor
Nacional de Educación Física y cuando ya habían nacido dos de los hijos de
su primer matrimonio: Alicia Karina y
Facundo Gabriel. Hanna Clara, nacería diez años después.
Tras un breve
paso por Posadas para cursar sus
estudios terciarios, regresó a Oberá, en donde junto al músico popular Mauricio Ferver, presentó su primer
concierto de canciones propias. Fue un 23
de diciembre de 1983. Tras ejercer la docencia en Oberá durante tres temporadas, en 1986 se
traslada a trabajar a Puerto Rico; pero
en 1987, a partir de una serie de presentaciones junto al cantante Claudio Bustos, decide abandonar la
tarea educativa para intentar el camino del arte. Su natural relación con la
literatura y el estudio de las obras de referentes de la música folklórica
argentina y latinoamericana, lo estimulan a multiplicar la composición de
canciones.
A mediados de
1987, algunos amigos militantes lo tentaron a participar de una campaña
política. Las canciones populares ayudaban a convocar multitudes en los actos
políticos y así, luego de una sorpresiva victoria del Justicialismo en
Misiones, recibe la oferta de insertarse a trabajar en programas sociales del
gobierno. Esa posibilidad obligaba a una nueva mudanza a Posadas, ciudad que se aproximaba a los 200 mil habitantes.
En la ciudad
capital de Misiones, llegando a la década del noventa, florecían los proyectos
artísticos y Karoso, a la vez que cumplía sus funciones en el estado, se sumaba
a la C.T.C. Ltda., la Cooperativa de
Trabajadores de la Cultura. Allí se relacionaría con numerosos colegas del arte
musical y de otras disciplinas, dando origen a un destacado movimiento cultural.
En ese contexto conoce al maestro de música Danilo Santinelli, arreglador de
canciones con quien arma su primer proyecto discográfico. En noviembre de 1991
se traslada un mes a la Ciudad de Buenos Aires para grabar su primer larga
duración: “Canción Desnuda”, que se
publicó, en abril de 1992. Las repercusiones positivas de la presentación de
este trabajo le permitieron acceder a la difusión masiva de sus canciones y a
participar de la mayoría de los festivales en toda la provincia. El carácter
localista de su obra comienza a ser considerado como representativa de Misiones
y así inicia una impensada proyección artística nacional. En 1992 publica su
primer libro, “Canción Desnuda y Otras palabras”, y lo presenta en la Feria
Internacional de Buenos Aires. En 1997 compone y graba la canción “Nuestra bandera es cooperar”, que se
convertiría, un año después, en la canción oficial del cooperativismo. Sus
conciertos y giras por los pueblos se multiplicaban, en tanto su aproximación a
la obra musical de los hermanos Vicente
Cidade y Ramón Ayala lo afirmaban en la búsqueda de un cancionero misionero.
En 1999 graba en Oberá su segundo disco, “Cantores
de Pueblo Chico” producido integralmente en Misiones.
A fines del año
2000 toma contacto con la música étnica que practican las comunidades
originarias que viven en la selva paranaense y en Abril de 2003 presenta su
libro digital “El Arte Sonoro Mbya, esa
música soñada”. La incorporación de este ancestral pero desconocido formato
musical al acervo musical local lo posiciona como un ineludible referente de la
movida intercultural contemporánea.
En 2004 inicia
la grabación del disco “Rituales
Paganos”, el primero que incluiría melodías,
armonías e instrumentación de la cultura Mbya. Durante la grabación de ese
disco conoce a la cantante Nerina Bader,
su actual pareja, madre de Eva Luna
Zuetta Bader, nacida en 1988. La empresa cultural que integran, Kuá Auká producciones publicó en nueve
años los siguientes trabajos discográficos: “Rituales Paganos”, 2005; “Nerina Bader en la Tierra sin Mal”, 2007; “Canto
Rodado”, 2012, “Contares”, 2013, "Paranaensis" y "Los Cantos de Eva Luna", 2017, además de los libros “El Cancionista” en 2012
y el relanzamiento, corregido y aumentado, de “El Arte Sonoro Mbya, Esa música
soñada”.
Son permanentes
sus presentaciones en Misiones, en países limítrofes y en otras provincias
Argentinas. El proyecto artístico misionerista que comparte con Nerina Bader, se encuentra en pleno proceso de expansión y
consolidación.
J.J. Ríos para Kuá Auká Producciones, Misiones,
diciembre de 2013.