jueves, 24 de julio de 2014

Porqué “KAROSO”? (por JJ Ríos, 2014)


La palabra carozo es sinónimo de ciertas semillas, especialmente las del durazno y la palta. En esta parte del mundo, en la que los apodos resultan una difundida manera de señalar la familiaridad o proximidad con una persona, esta palabra suele utilizarse como sobrenombre de los varones pequeños. Sin embargo, como en el caso de nuestro juglar, muchos arrastran ese apelativo por el resto de su existencia, llegando incluso a tener más preponderancia que la misma identidad documentada por el registro civil. Karoso Zuetta suele comentar con humor que la pregunta que más respondió en su vida de músico es dónde y porqué aparece el nombre “Karoso”:

“Me resulta tan natural que me llamen así que nunca cuestioné el asunto. Pero de tanto escuchar que me lo preguntaran, terminé indagando a mi madre. – Es cosa de tu padre, me contestó y hacia él direccioné la curiosidad transferida por la gente. Me contó “Luisito” (apodo de mi padre) que en días de su juventud, cuando deambulaba trabajando en distintos establecimientos de la  zona sur de Misiones, llegó a ser niñero de un varoncito de unos cinco años al que habían apodado “Carozo”. Recuerda graciosamente que su cariño por la creatura fue tan intenso que se prometió que, en caso de ser padre de un varón alguna vez, ese sería el nombre con el que lo identificaría en la intimidad familiar. Así fue como mi vida fue bautizada con el nombre de una semilla.”

Si bien por esos años en la escuela los niños eran nombrados por sus apellidos, en la familia y el barrio el apodo ganaba lugar día a día, incluso con cargadas y chanzas. En el ámbito futbolero también se imponía el apellido, pero el apodo esperaba agazapado que apareciera la carrera artística.

“Al momento de armar la campaña publicitaria del primer concierto como autor (en 1983), apareció con más fuerza que nunca mi apodo. Por una razón de automagen y porque mis nombres, Antonio y Virgilio, no resultaban atractivos para tal fin (creo que ahora tampoco resultarían interesantes, ja). Pero al momento de escribirlo en el borrador del afiche nos encontramos con un gran inconveniente: Estaban en un punto muy alto de popularidad televisiva dos títeres de nombre Carozo y Narizota. Entonces decidimos cambiarle dos de sus consonantes para que conserve la sonoridad  aunque quede escrito de otra manera: “Karoso”.

Para la gente del lugar en donde Karoso inició su carrera artística (Oberá) el nombre sonaba y se veía como originario del este europeo y tuvo aceptación. Desde hace unos 15 años este nombre se convirtió en marca registrada y en su “nombre de fantasía” legal ante S.A.D.A.y.C. y A.A.D.I. y C.A.P.I.F. Podemos afirmar, sin temor de caer en yerros, que la identidad real y efectiva de nuestro juglar es KAROSO ZUETTA.