martes, 6 de noviembre de 2012

Panambí, la leyenda. Por Karoso Zuetta

 


PANAMBÍ, una leyenda hecha pueblo

-Me llaman Rosendo, pero mi nombre de bautismo es “Verá Chunú" (resplandor de trueno). Soy Avá-guaraní. Mis antepasados vivieron con “Los Kechuitas” en las reducciones de Santa María, cerquita de acá. Mi abuelo fue “chondáro” (soldado) y, cuando pelearon contra los bandeirantes, eligió este cerro para vigilar el río. Por eso  ésta “yvy pora” (tierra bendita) es conocida como “Cerro  Mbororé”, porque los Paulistas fueron derrotados por los “hombres del bosque” que querían esclavizar.
El paisano caminó hacia el borde del abismo y haciendo un “paneo” sobre el paisaje elaboró un hondo silencio. Diversos sonidos agrestes invadían nuestros sentidos: Pájaros, grillos y hasta el aleteo de una mariposa sonora (popó tapé reká) atrapó nuestra atención.
-Este sonido me trae a la memoria una leyenda muy antigua, que relata como un “ysoí” (gusanito, oruga), cansado de arrastrarse, trepó al cielo por los colores de un arco iris que se había clavado en el cerro un día en el que llovía de este lado del río Uruguay mientras que en la otra orilla brillaba el sol. Dicen que cuando el” ysoí” llegó al punto más alto del “karuguajy-y”, el aguacero terminó y el iris se disolvió. Pero mientras el gusanito caía al vacío, Tupá transformó su emoción en alas y, al extenderlas, una Panambí se posó suavemente a orillas del río. Unos colonos, que guiados por paisanos vaqueanos recorrían la zona buscando el asentamiento ideal para sus familias, fueron testigos del colorido aterrizaje y cuando, maravillados, preguntaron cómo se decía mariposa en guaraní, los paisanos le dijeron: Panambí. -Panambí, repitieron todos y ya estaban nombrando al pueblo que ahí mismo fundarían.